La pasión echa de menos la locura
Al desenfreno no le gustan los frenos
El deseo no aguanta tanta cordura
La llama sueña con volver a ser fuego
El hielo hoy ha congelado el calor
La victoria se ha rendido al fracaso
Las estrellas han perdido su esplendor
Avocadas a la conquista del ocaso
No quiere el sediento saciar su sed
La inocencia se declara culpable
La sentencia ha condenado al juez
Un mar muerto nunca fue navegable
Casi nunca tiene el miedo la razón
No existen la equidad y la justicia
Sólo el eterno espíritu de la contradicción
Y el flechazo del odio a primera vista