Comió del fruto prohibido

Y cada vez quiso más

Nadar desnuda en el rí­o

Rozar su profundidad


A contracorriente rumbo a la ciudad


Ingenua niña mimada

Que quiso reescribir

Sus propios cuentos de hadas

En un hostal de Madrid


Hoy cosiendo sus alas rotas la oí­ decir


Que la belleza atrapa

La belleza del poder

Que la belleza engaña

Te vuelve ciego y no lo ves


La belleza del Diablo

La belleza de la ambición

La belleza de lo deseado

Lo que ella un dí­a perdió


Un tren de cercanías

La llevó a otra estación

Con sueños de poetisa

Alquiló otra pensión


Y la belleza del Diablo de nuevo la encontró


Y si la belleza te habla

Si te quiere seducir

La razón y el cuerpo callan

Pero la piel quiere sentir


La belleza del Diablo

La belleza de la pasión

La belleza de lo añorado

La belleza crea adicción

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