Entre el que prepara la cama
Y aquel que la disfruta
Está el rebaño que calla
La infelicidad que oculta
Está el acantilado de un mar
Donde nunca hubo arena
La cárcel donde la provisional
Forma parte de la peor condena
Con las palabras del silencio
La impotencia calla a gritos
Enmudece su soplo el viento
El manantial no da de beber al río
Se mecen las horas en la cuna
Donde duerme este malcriado
Despierta el hombre de las dudas
Se revela contra sí mismo en vano